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Salud, recreo, ocio y actividad social, son las palabras clave que definen el termalismo en la Reserva de La Biosfera de La Rioja. Los orígenes del uso de las aguas termales en la Reserva, datan del tiempo de los romanos. Los romanos conocedores desde tiempos remotos del beneficio que las aguas y los barros termales producían tanto en los caballos como en las personas, convirtieron los baños termales en algo más que un tratamiento de salud, en un hecho sociológico y cultural. El comienzo de la historia del Balneario de Arnedillo procede de esa época, tal como lo demuestran algunos vestigios encontrados. Actualmente es un moderno balneario situado en un entorno montañoso que busca totalmente reformado con lo último en técnicas e instalaciones. En Arnedillo se encuentran también las pozas de aguas termales de uso público, a las que acuden numerosos visitantes durante todo el año.En Cervera del Río Alhama, se encuentra el Balneario de La Arbotea, famoso en los años 50 por sus propiedades curativas de sus aguas sobre los reumatismos.Los baños termales de la Reserva son beneficiosos por el alto contenido de minerales disueltos en las aguas sulfurosas, los barros que las acompañan. En el Valle del Alhama-Linares destaca el Balneario de Grávalos, donde se puede recoger agua que ayuda en los tratamientos de las pieles sensibles, reumatismos y sobre todo, para combatir la psoriasis. De interés también para la piel son las aguas del manantial de “aguas podridas” en Navajún, donde se encuentra todavía el edificio que albergara un pequeño balneario del siglo pasado.

Más información sobre balnearios en la Reserva.

Aguas termales. Arnedillo, Grávalos, Cervera del Río Alhama y Navajún.