En principio no tenéis por que tener ningún problema. Los perros y los bebes pueden convivir perfectamente, pero sí es verdad que se puede hacer alguna cosa para que el cambio de estar el perro solo en casa a tener un bebé no sea tan bruco.Por ejemplo, es importante que a pesar del caos que podemos tener frente a la nueva situación, que sigáis respetando los horarios y la rutina de vuestro perro. Si variamos bruscamente su rutina, el perro podría sentirse desubicado y ansioso, lo cual, seguramente, se traduciría en un mal comportamiento. También debemos dejar que se familiarice con los nuevos oleres, sonidos… sin estar constantemente apartándolo. Resulta muy útil que se familiaricen aún antes de que el bebé llegue a casa, por ejemplo, se les puede permitir que olfateen sus prendas de vestir, geles, colonias, cremas, etc., así como ponerles grabaciones o vídeos en los que puedan escuchar llantos, risas o balbuceos infantiles.También tenéis que tener en cuenta, que si hay alguna zona de la casa a la donde vuestro perro no podrá entrar a partir del nacimiento del bebé, como por ejemplo su habitación, se le debe enseñar la prohibición con anterioridad, de manera inflexible y sin excepciones.
Y simplemente, cuando el bebé llegue a casa, lo primero que debéis hacer es presentarles, que le salude y después sigáis como si nada hubiese cambiado