El juego es una necesidad básica de los niños y niñas que les ayuda en su desarrollo sensorial, motriz y creativo. Te contamos los mejores juegos por edad.
Jugar es una prioridad para nuestros hijos e hijas porque les sirve como herramienta para vivir la realidad, expresarse y aprender. Es una necesidad básica de los niños y niñas que les ayuda en su desarrollo sensorial, motriz y creativo
Dice Rosa García Roura, especializada en Comunicación e Innovación Pedagógica e integrante del equipo educativo de Cavall de Cartró, que "los juguetes están hechos para adaptarse a los diferentes momentos evolutivos de los más pequeños y pequeñas de la casa". Según con lo que se entretengan, observaremos la etapa de crecimiento en la que se encuentran nuestros hijos e hijas.
Los mejores juguetes son los que estimulan su progreso cognitivo y les brindan experiencias significativas y estimulantes, a través de las cuales amplían la información de su medio.
Los juegos, por etapas
A continuación, de la mano de la experta en psicología, te contamos cuáles son los mejores juegos en función de la etapa.
De 0 a 6 meses
Durante los primeros meses de los bebés, es importante ofrecer juguetes que inciten el desarrollo sensorial.
Los más relevantes en esta etapa son los del gusto y la vista, a pesar de que a medida que la enseñanza avanza, se tienen que incluir otras partes del cuerpo, como la cabeza, el cuello, las manos y, en último lugar, las piernas.
En cuanto al material, se sugieren juguetes no estructurados. Lo que se busca en este semestre de vida es que el niño o la niña esté despierto y descubra nuevos estímulos, motivo por el cual el uso de materiales propios de la vida cotidiana como la madera, las telas, el papel o el cartón permitirán que identifique nuevos tactos, colores y patrones del entorno que lo rodea.
En este punto, el comportamiento de los niños y niñas es repetitivo y tienden a acercarse a los objetos a la boca para explorarlos reiteradamente.
Entre sus capacidades, la cavidad oral es de las pocas que tienen más dominada y, frente a la detección de nuevos elementos en el ambiente, el cuerpo focaliza toda la energía física y emocionalen ella.
Por eso, es preciso crear juegos monótonos y repetitivos que promuevan la estimulación de los sentidos: las canciones y las botellas sensoriales, por ejemplo, ayudan a identificar nuevos ruidos, la panera de tesoros incita a buscar objetos para palpar nuevas texturas y los cuentos fomentan la imaginación.
En este contexto, tanto las telas como los materiales no estructurados siguen siendo una buena opción.
De 1 a 2 años
La acción cambia en esta franja de edad. Aquí, el o la menor empieza a dominar el lenguaje y la psicomotricidad, hecho que le permite interactuar de manera fluida con la figura adulta.
Siguiendo esta idea, se recomienda introducir el juego heurístico–el objetivo principal del cual es la manipulación y la experimentación de diferentes objetos y materiales para desarrollar la coordinación de movimientos ocular-manual–, los circuitos psicomotores y las actividades de trasvases, puesto que son excelentes para promover el incremento de la atención y concentración de los niños y niñas.
De 2 a 3 años
El juego simbólico es ideal para ellos/as. Este se basa en su capacidad de imitar momentos vividos o escenas de la vida cotidiana de los adultos, hecho que impulsa su creatividad e imaginación.
Aparte del juego simbólico y de la experimentación, se aconseja la inclusión de juegos de construcción que los ayuden a idear combinaciones, así como juegos de encaje para enseñarlos a apilar formas y ajustar estructuras.
Por su parte, la música y la danza tienen un papel primordial en la expresión corporal de los niños y las niñas, ya que les descubren nuevas posibilidades de movimiento.
fuente:serpadres