Nuestro organismo responde con diversos síntomas al ser sometido a una ola de calor: decaimiento o debilitamiento, fatiga, dolor de cabeza, escasez de apetito, pulso acelerado, agotamiento, transpiración abundante, baja presión, calambres y mareos.

Recomendaciones:

  • Beber abundante cantidad de agua. Esto ayuda a mantener estable la temperatura de nuestro cuerpo.
  • Consumir caldos y líquidos salados.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Evitar beber infusiones demasiado calientes.
  • No realizar tareas pesadas al sol.
  • Evitar realizar actividades deportivas con alta temperatura y humedad.
  • Usar ropas holgadas y claras.
  • Muchos ancianos no registran la sed. Insistir en el consumo de agua.
  • Los bebés y los chicos deben usar la menor cantidad de ropa posible.
  • En caso de exposición al sol, hacerlo gradualmente, recordando que el horario propicio es entre las 9 y las 11 horas, y después de las 18 horas.
  • Las primeras exposiciones no deben superar los cinco minutos.
  • Usar filtros solares debidamente autorizados por profesionales y adecuados a su tipo de piel.