Demostrar la sostenibilidad de la fertilidad de los suelos en rotaciones en regadío a largo plazo.
Probar la rentabilidad de las inversiones en instalaciones de riego fijas, automatizadas y enterradas en parcelas arrendadas para llevar a cabo estas rotaciones.
Formar a los agricultores en el manejo de instalaciones de riego automatizadas, así como en el uso de las herramientas de gestión de cultivos (balances hídricos) derivadas de las mismas.