Belezos 38 (200x283)Fecha publicación: Octubre de 2018

ISSN: 1886-4333

Periodicidad: CUATRIMESTRAL

P.V.P.: 4 €

Suscripción anual España (3 números): 10 €


En los últimos días de septiembre, el equinoccio de otoño no solo marca el final del verano y el inicio de esta estación de cambios, sino también la llegada de un breve periodo de bonanza climática que suele alargarse hasta el 12 de octubre. Es ahora cuando se vendimia y se recogen diferentes cosechas, pues aunque las noches son más frías y largas, las temperaturas diurnas se sitúan por encima de los valores normales.


Para los riojanos, este Veranillo de San Miguel transcurre entre dos grandes festividades: comienza el día de San Mateo, patrón de Logroño, y termina el día del Pilar, fecha en que numerosas localidades riojanas celebran algún tipo de fiesta en honor a esta Virgen (como Ábalos, Berceo, Lardero, Baños de Rioja, Muro en Cameros, Tormantos, Varea, Alfaro, etc., entre otros ejemplos).


Aunque no es nuestra patrona, la veneración existente en La Rioja por la Virgen del Pilar representa la gran devoción que se tiene en España, pasión que sin duda se lleva al Nuevo Mundo tras su descubrimiento y que la convierte, en el siglo XVIII, en patrona de todos los pueblos hispanoamericanos. Este hecho hace que nos cuestionemos si los pueblos precolombinos celebraban alguna fiesta similar.


Para responder debemos acudir a la Relación de las cosas del Yucatán, obra del monje franciscano Diego de Landa donde describe las festividades religiosas que celebran los mayas cada mes. Teniendo en cuenta las diferencias de los dos calendarios, nuestro octubre corresponde a su Tzec, mes en que los apicultores celebran su fiesta, sin derramar sangre, en honor a los cuatro bacabs, dioses que sustentan el cielo para que no se caiga, ofreciéndoles platos con figuras de miel mientras los apicultores regalan miel en abundancia.


Así, de acuerdo con su calendario, los mayas celebran en octubre una fiesta en honor a sus pilares del cielo (los bacabs) que se relaciona con el momento final de la temporada de la miel. Las similitudes con nuestra cultura son evidentes: en octubre, la Virgen se aparece sobre un pilar al Apóstol Santiago, quien promete continuar su misión evangelizadora mientras ese pilar esté en pie; además, la recolecta de la miel ya se ha realizado y las abejas se preparan para afrontar el duro invierno.


Octubre es, por excelencia, el mes de la recogida de propóleo de las abejas: con él taparán todas las rendijas de la colmena y tapizarán, como si de un barniz se tratara, todo el interior de la misma. Del mismo modo, cada artículo del número que presentamos aquí corresponde al propóleo con el que barnizaremos el interior de Belezos que, como en cada ocasión, nos sorprende y nos agrada.


Mayas y riojanos no somos tan diferentes: mientras avanza Octubre, todos nos preparamos para el invierno. Por ello, disfruten de este número como anticipo del próximo, que ya aparecerá en plena estación invernal.