Antes de empezar a defender el Dictamen sobre las ‘acciones de información y promoción de productos agrícolas en el mercado interior y en terceros países’, quisiera agradecer su presencia a la Sra. Herranz, miembro del Parlamento Europeo y ponente de este mismo Dictamen en dicha Institución, que ya participó en la reunión de la Comisión NAT del pasado 6 de febrero y puedo decirles que coincidimos en las propuestas que tanto desde el Parlamento Europeo como desde el Comité de las Regiones estamos haciendo a la Comisión Europea.
La actual propuesta de la Comisión Europea relativa al ‘Reglamento de Información y promoción de los productos agrarios en la Unión Europea y en terceros países’ es fruto de un proceso de consultas al que no fue ajeno el Comité de las Regiones. En julio de 2011 la Comisión Europea lanzó un Libro Verde que sirvió para abrir el debate sobre la necesidad de modificar y mejorar los sistemas de promoción e información dentro y fuera de Europa.
El Comité de Regiones contribuyó en esa fase de reflexión con un Dictamen sobre ‘la promoción de productos agrarios’, adoptado en el Pleno de diciembre de 2011 y del que yo mismo fui ponente.
En el dictamen actual hemos recogido la opinión del Parlamento Europeo y de algunos de los Estados Miembros en el Consejo, posición que conocimos de primera mano dado que La Rioja coordinó la participación de las Comunidades Españolas en el Consejo de Agricultura el pasado semestre. Hemos introducido también propuestas que nos ha remitido la AREPO (Asamblea de Regiones Europeas de Productos con Denominación de Origen), con cuya Asamblea nos reunimos el pasado 20 de febrero. Juntos hemos podido poner en común ideas que esperamos que la Comisión Europea tenga en cuenta porque mejorarán sin duda su propuesta de reglamento.
Debemos tener claro que el sector agrario europeo es fundamental para el desarrollo de las economías locales y regionales, sobre todo en el medio rural, y por ello, la política de promoción e información de los productos agrícolas es fundamental para la consolidación de la actividad en este sector, tanto en el mercado interior como en terceros países.
Estas acciones de información y promoción de los productos agrarios permitirán a los consumidores conocer mejor la calidad y los exigentes métodos de producción comunitarios, asegurándoles la seguridad alimentaria y la protección medioambiental, y aportándoles confianza en los productos europeos.
En ese sentido, debemos compartir la idea de la Comisión Europea de contar con una política ambiciosa que permita difundir el modelo de producción europeo destacando los aspectos más importantes de las producciones europeas, como son los sistemas de calidad reconocidos que aportan valor añadido frente a los productos de terceros países.
Pero tan importante como una política ambiciosa es contar con una política flexible y con un enfoque estratégico, diferenciado en función del producto y del mercado al que se dirige. El sector agrario europeo es esencial para el desarrollo de las economías locales y regionales, contribuyendo de manera significativa a la creación de empleo y al asentamiento y desarrollo de la población en dicho territorio.
Brevemente me gustaría destacar algunos de los aspectos que han despertado opiniones contradictorias entre los miembros del Comité de las Regiones como pueden ver en las enmiendas presentadas, hemos recibido 11 enmiendas y yo, como ponente, he presentado 4:
Además se considera que, unir el vino a otro producto, puede provocar la exclusión del vino de esta política, debido a que algunos Estados miembro cuentan con reglamentaciones muy restrictivas en materia de publicidad de bebidas alcohólicas, lo cual es probable que desmotive a los productores de productos agrarios y alimenticios a proponer acciones comunes con el sector vitivinícola.
Pero seguimos defendiendo que el acto de ejecución para adoptar un programa de trabajo debe adoptarse en conformidad a un procedimiento de examen, justificándolo en que la decisión sobre el programa de trabajo debe corresponder a los Estados miembro en lugar de a la Comisión y que los programas simples y múltiples deberían de poder contar con dos convocatorias, para permitir a los solicitantes no tener que esperar tanto tiempo para repetir la convocatoria.
Conviene permitir la cofinanciación por parte de los Estados miembro. La supresión total de la cofinanciación puede llegar a reducir el número de propuestas de programas procedentes de los países.
Para terminar me gustaría resumir el Dictamen en una idea clave: La política de promoción europea es esencial si queremos que nuestros productores puedan competir en un mercado cada vez más globalizado.